Nota: Si estás buscando comuna para realizar la ciudadanía, seguí leyendo para ver por qué no recomiendo la comuna donde la hicimos nosotros.
Cuando llegamos a Italia ya teníamos una casa lista esperándonos.
Eso fue un golazo, pero sabíamos que iba a ser un alojamiento temporal, porque la casa estaba en la ciudad de Ortona, y ahí la comuna no está haciendo el trámite de ciudadanía.
De hecho, según la misma empleada pública ya no hacen más ciudadanías, «y menos a argentinos». Cita textual. Cómo los empleados de una oficina pública simplemente deciden dejar de atender ciertos trámites es algo que no termino de entender, pero no debe ser muy legal. Igualmente, es inútil intentar pelearla.
Nosotros ya sabíamos de esta situación así que no perdimos tiempo, y desde el día que llegamos nos pusimos a buscar alquiler en Orsogna, una localidad vecina.

Orsogna
Orsogna es un pueblo relativamente pequeño: tiene alrededor de cuatro mil habitantes, de los cuales una buena porción son inmigrantes argentinos, marroquíes, rumenos, o albaneses. A pesar de no ser tan grande, tiene todo lo que uno necesita: correo, bancos, cafés, peluquerías, panaderías, librerías, estaciones de servicio y hasta cadenas de supermercados. Todo está cerca, todo funciona bien, y eso lo hace práctico. Cuando uno sale a caminar, si levanta la mirada puede ver la cima de la montaña, y desde algunos lugares también se puede ver el mar.
Es un pueblo sencillo, nada especial, pero tiene su encanto.
El único y gran problema que tiene —al igual que las localidades que lo rodean— es que encontrar affitto allí no es tan sencillo.

Búsqueda
Lo primero que hicimos fue recorrer las calles a pié buscando algún cartel de alquiler, pero nada.
Lo siguiente fue consultar en las inmobiliarias. Entramos a todas, y en todas nos dijeron que prácticamente ya no trabajan con alquileres. Resulta que gracias al acceso al crédito y los bajos intereses, la gente prefiere comprar propiedades en lugar de alquilarlas. Y a su vez, los dueños prefieren deshacerse de sus propiedades «adicionales» para pagar menos impuestos. Una combinación que viene haciendo escasear los alquileres en toda Italia.
Donde sí pudimos encontrar algunas casas y departamentos disponibles fue en sitios web como Subito e Idealista, así como también en Marketplace de Facebook. Pero cada vez que nos comunicamos o fuimos a verlos nos topamos con que las garantías que exigen los propietarios son demasiado difíciles de cumplir. Por ejemplo, es necesario que el inquilino cuente con un empleo «a tiempo indeterminado», lo que en Argentina llamaríamos planta permanente. Sumado a esto, se suele pedir el pago de dos o tres meses adicionales como seguro para ingresar, y a veces referencias de propietarios anteriores.
Es un poco mucho, al menos para quienes acabamos de llegar.


Otra situación bastante común es la de los alquileres por períodos breves. Todas las localidades de la zona donde anduvimos están relativamente cerca del mar, así que quienes tienen una casa o departamento libre prefieren alquilarlo sólo durante la época del verano, y con un precio «por semana». De más está decir que les es mucho más redituable, así que no están interesados en tener sus propiedades ocupadas por períodos largos.
También publicamos nuestra búsqueda en el grupo de Facebook del pueblo, hicimos que gente del lugar averigüe por nosotros, golpeamos puertas, llamamos gente, y muchas más cosas.
Pero aún así, niente.
Residencia
En el primer mes solo encontramos algunas posibilidades que no llegaron a buen fin, como una habitación que quizás se podría haber alquilado, pero había que esperar a que la propietaria —que era francesa— vuelva de sus largas vacaciones en Argentina para ver si era factible. También una familia albanesa nos quiso alquilar su casa cuando se hayan mudado, pero luego se arrepintieron y decidieron venderla.


Fue un poco frustrante, pero en ningún momento perdimos la calma. Creo que, de hecho, esa es la clave para tener éxito en esta aventura.
Y así, después de poner bastante esfuerzo y no ver una solución clara en el horizonte, de repente todo se destrabó cuando una familia argentina nos permitió fijar residencia en su casa. Fue un gran gesto, casi milagroso para nosotros, y algo por lo que siempre vamos a estar agradecidos.
A partir de allí, lo que siguió fue bastante sencillo. En la comuna nos dieron el formulario de hospitalidad, lo completamos, lo firmó el propietario de la casa, y logramos iniciar la práctica.
Ahora sólo había que esperar a que pase el vigile, para luego poder iniciar el tan ansiado trámite de ciudadanía, pero estos últimos pasos los contaré la próxima.

Nota para quienes buscan una comuna
Como se puede observar, nosotros fuimos muy afortunados. Tuvimos una casa lista al llegar, y cuando debíamos fijar residencia tampoco nos faltó lugar.
Pero esto fue así sólo gracias a la ayuda de los argentinos de la zona, con quienes compartimos la misma ciudad de origen, y también algún lejano vínculo familiar. De otro modo, todavía estaríamos buscando alquiler.
Por eso, a menos que ya se tenga resuelto el tema del alojamiento, yo no recomiendo hacer la ciudadanía en Orsogna ni en las comunas que la rodean. Los alquileres escasean mucho, y si no tenés alguien que te tienda una mano, lisa y llanamente estás al horno.

Encontrar alquiler fue el único paso en el que, por momentos, estuve un poco preocupado. Hoy, después de tres meses y medio de haber llegado, puedo ver que las cosas salieron mucho mejor de lo que esperaba. Son las consecuencias de entregarle tus sueños a Dios. A veces, solo hay que confiar.