Casa

Cuando vivís lejos de tu país, de vez en cuando te encontrás reflexionando sobre cuestiones como el significado de sentirte en casa. Y cada vez que pensás estas cosas, te vas desarmando un poco más y acercándote al corazón de lo que realmente te importa.

Ahora que volvimos de estar un tiempo en Argentina con la gente que queremos, estuve dándole algunas vueltas a la pregunta de cuál es mi casa, dónde queda mi hogar. ¿Será donde nací? ¿Es con mi familia? ¿Es la ciudad en la que me acostumbré a vivir? Y si así fuera, ¿deberíamos estar allí? ¿Deberíamos volver a Argentina? ¿Qué estamos haciendo acá, tan lejos?

El día que nos subimos al avión de regreso a Italia nos invadió un poco la tristeza. En el fondo, no queríamos volver. Sentíamos que nuestro hogar estaba allá, en Argentina. Subimos al primer vuelo casi llorando, sin embargo, cuando llegamos a nuestro departamento en Italia y entramos las valijas, respiramos profundo, y de repente nos vino una paz inexplicable. Estábamos en casa de nuevo.

Para mí, casa no es exactamente un lugar físico, no es el barrio donde me crié ni la ciudad donde viví más tiempo. Casa es donde recibo amor y gracia. Casa es y será donde vaya con Ana Paula. Es donde encuentro un rincón de paz en el caos de la vida y puedo ser feliz.

Me sucede que cuando estoy en el exterior, como ahora, muchas veces busco mi hogar en los lugares equivocados. Trato de recrear lo que conozco y amo, pero nunca es igual. Las calles no son las mismas, la gente es diferente, y el idioma es otro. Pero después puedo ver que eso es justamente lo que hace que esta experiencia sea increíble, porque me obliga a buscar por dentro y encontrar ese sentido de pertenencia y de hogar que existe en mí.

Casa no es un lugar, es un sentimiento. Es el amor que llevo adentro mío donde sea que vaya y los recuerdos que me acompañan. Son la risa y las lágrimas que compartí con las personas que quiero y los momentos que me hicieron ser lo que soy. Casa es Argentina, casa es Italia. Casa es un viaje.

Parafraseando a Tolkien, no todos los que viajan por esta vida están perdidos. Y durante este viaje, sé que mi hogar siempre va a estar al alcance de mi mano, mientras tenga a Dios en mi corazón y la determinación de seguir buscando.


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